Los psicobióticos: probióticos para el cerebro

En este artículo vamos a abordar un “nuevo” concepto, el de psicobióticos, es decir, bacterias que tienen un efecto beneficioso demostrado sobre el eje intestino-cerebro.

El intestino se considera nuestro segundo cerebro, ya que contiene más neuronas que la médula espinal. Pero además, se conoce que nuestra microbiota (antes conocida como flora intestinal o flora bacteriana) fabrica o modula la producción de numerosos neurotransmisores y otras sustancias bioactivas, con las que ejerce una influencia sobre el funcionamiento del cerebro.

Para entender esto, podemos poner un sencillo ejemplo: ¿Quién no ha sentido «nervios en el estómago»? ¿Conoces a alguien que cuando tiene ansiedad se encuentre siempre saciado o diga que «tiene un nudo en el estómago»? O al revés, que tenga más apetito. Esto explica, de manera sencilla, que muchas trastornos y enfermedades mentales cursan con síntomas intestinales. De hecho, es el tipo de síntoma más referido por especialistas de la salud mental.

Las patologías neuropsiquiátricas y trastornos del neurodesarrollo son heterogéneos, multifactoriales y su etiología no está completamente descrita. Esto las hace particularmente difíciles de abordar, y pese a que el uso de fármacos es cada vez mayor, también es más alta la incidencia de patologías de esta índole, indicando una gran dificultad a la hora de ser tratadas. 

¿Qué son los psicobióticos?

Los psicobióticos son microorganismos que, en cantidades adecuadas, producen un beneficio sobre la salud mental del hospedador. De momento, los mecanismos por los que esto sucede se conocen en parte. El cerebro influye sobre la función de nuestro intestino, pero la microbiota tiene a su vez un papel determinante sobre el funcionamiento del Sistema Nervioso Central, como veremos a continuación. 

En pacientes que sufren algún trastorno relacionado con la salud mental, se estima que sólo un 50% de los casos abordados con terapia farmacológica ofrecen una mejoría, por lo que urgen nuevas soluciones. 

Gracias a la comunicación bidireccional que existe entre la microbiota y el Sistema Nervioso Central, el uso de bacterias probióticas podría no sólo mejorar los síntomas intestinales asociados a los trastornos mentales, sino también los psicológicos. Los probióticos que contiene en sus formulaciones estas bacterias son los ya conocidos como psicobióticos. 

¿Qué propiedades tienen los psicobióticos?

La gran cantidad de neuronas que se encuentran bajo el fino epitelio intestinal, conforman el Sistema Nervioso Entérico, llamado coloquialmente ‘segundo cerebro’. Y como ya se ha comentado existe una comunicación bidireccional entre la microbiota intestinal y el Sistema Nervioso Central, conformando así el eje intestino-cerebro. 

Por lo tanto, un estado de disbiosis o desequilibrio de la microbiota intestinal podría promover un desequilibrio en el Sistema Nervioso, mediante la interferencia en la señalización celular, el aumento de la inflamación de bajo grado y la reducción de los factores de crecimiento neuronal. Este proceso conduce finalmente a la pérdida de plasticidad sináptica y afectación sobre la función cognitiva. 

En cambio, la regulación del metabolismo de neurotransmisores y la producción de ácidos grasos de cadena corta por parte de los psicobióticos revierte esta situación fisiopatológica. Por lo que el uso de bacterias probióticas que corrijan el desequilibrio microbiano intestinal hacia una situación de equilibrio o eubiosis es crucial en el tratamiento de este tipo de enfermedades.

¿Cómo funcionan los psicobióticos?

Los mecanismos de acción de los psicobióticos no están completamente elucidados. Sin embargo, se conoce que a través del Nervio Vago y eje Hipotalámico-Pituitario-Adrenal (HPA) existe una vía aferente desde el intestino, que entre otras funciones se ve implicado el control y manejo del estrés, muchas veces causa subyacente de graves patologías. 

Entre las funciones beneficiosas de los psicobióticos se encuentra la capacidad de, por ejemplo, reducir los síntomas relativos a ansiedad, depresión, cambios de humor y falta de descanso. Este efecto se logra gracias a la síntesis de ácidos grasos de cadena corta, a la reducción del estrés oxidativo (efecto antioxidante), la disminución de patógenos, así como la regulación de la respuesta inmune, mediante la síntesis de citoquinas antiinflamatorias y la supresión de citoquinas proinflamatorias. 

Por otro lado, gracias a los psicobióticos se puede equilibrar el metabolismo de neurotransmisores y hormonas, como la serotonina, GABA, dopamina o epinefrina, que mejoran considerablemente los síntomas neurológicos.

Beneficios de los psicobióticos

Los efectos beneficiosos de los psicobióticos se suman a los de los probióticos, por lo que son múltiples:

¿Cómo elegir buenos psicobióticos?

Como siempre, desde Nutribiótica recomendamos probióticos formulados con cepas de derivación humana, de IV generación y siempre recomendados de la mano de un especialista actualizado en Microbioterapia.