Omega 3 y niños: ¿cuál es su importancia?
El consumo de OMEGA 3 es especialmente importante en población pediátrica. Así lo recogen en sus recomendaciones la EFSA, que aconseja en este grupo de edad 250 mg/día de EPA+DHA, y también la FAO/WHO, que recomienda por su parte 100-200 mg/día de EPA+DHA en niños entre 2-6 años y entre 200-250 mg/día de estos OMEGA 3 para los niños mayores de 6 años.
¿Qué vas a encontrar?
La importancia del DHA en los niños
Un estudio en cohorte española revela que los niños y adolescentes en esta región no consumen suficiente cantidad de ácidos grasos OMEGA 3. Concretamente, estiman que se consume menos del 50-60% de la dosis diaria recomendada.
El DHA es el ácido graso OMEGA 3 que presenta una función principalmente estructural. Se encuentra en una alta proporción en la retina y en cerebro. De hecho, supone el 50% de todos los lípidos presentes en el cerebro. Está descrita su importante función en la formación tanto de neuronas como de las sinapsis neuronales. Los omega 3 EPA y DHA atraviesan la barrera hematoencefálica y realizan diferentes acciones en el metabolismo cerebral.
OMEGA 3 y niños y desarrollo neuronal
El DHA formaría parte de las neuronas, mientras que el EPA sería empleado por las mitocondrias para proporcionar energía a las neuronas. Precisamente por el papel que desempeña el OMEGA 3 en el desarrollo cerebral, será necesario tener unos niveles adecuados de estos ácidos grasos esenciales durante la gestación y en la infancia.
Importancia en el rendimiento cognitivo
Son muchos los estudios que han evaluado el consumo de los OMEGA 3 en niños en edad preescolar, observando una asociación entre el consumo de estos ácidos grasos y la adquisición de vocabulario o en el rendimiento cognitivo, mejorando la memoria y la percepción espacial.
TDAH, niños y OMEGA 3: ¿que relación hay?
Por otro lado, se han analizado los niveles séricos de OMEGA 3 en niños con trastornos de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), detectando valores significativamente bajos de EPA y DHA en comparación con controles.
El desequilibrio en el ratio OMEGA 3: OMEGA 6 conduce a un estado de neuroinflamación y la alteración de la producción de neurotransmisores como la dopamina. En este sentido, se ha descrito como la administración de EPA y DHA mejora la producción de estos neurotransmisores, incrementando la atención y disminuyendo la hiperactividad.
Inmunidad, alergia, asma y dermatitis atópica
Los ácidos grasos OMEGA 3 tienen también un papel en la regulación de señales celulares y van a modular la función del sistema inmune. En este caso, es fundamental, de nuevo, una correcta proporción de OMEGA 6 : OMEGA 3, ya que los ácidos grasos OMEGA 6 dan lugar a prostaglandinas como la PGD2 o PGE2 que favorecen la respuesta alérgica, así como el asma o la dermatitis atópica. Además, a partir de los omega-3 EPA y DHA se formarán moléculas que van a ayudar a resolver la inflamación y tendrían un efecto protector frente a alergias.
Por todas las funciones que llevan a cabo los ácidos grasos OMEGA 3 EPA y DHA es primordial contar con unos niveles adecuados de los mismos, muy especialmente en niños.
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