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Ep. 6 Entrevista a Victoria Garnacho, Fisioterapeuta y Ostéopata

Primera entrevista del Mes de la Microbiota para hablar de la composición de la microbiota de bebés y niños, de la importancia de cuidarla durante el embarazo y de cómo las bifidobacterias son cruciales en la etapa pediátrica y para ayudar en patologías como el cólico de lactante.

Todo ello lo hablamos con la fisioterapeuta y osteópata Victoria Garnacho, especialista en fisioterapia pediátrica y desarrollo psicomotor, con más de 13 años de experiencia en Atención temprana, Atención Primaria y clínicas privadas. Es profesora en la Universidad Camilo José Cela desde 2013 y cursa un doctorado sobre disfunciones viscerales en fisioterapia pediátrica, además de ser codirectora de la Clínica Novafisio.

¿Qué vas a encontrar?

>> La microbiota es fundamental para nuestra vida desde que nacemos… ¿o desde antes? ¿Cuándo se produce la primera colonización del bebé? (Minuto 2:45)

Lo que nos dicen los estudios actuales es que el ambiente fetal, en el útero, es estéril de bacterias. Esto significa que a priori no hay una colonización como tal dentro de ese útero, pero eso no significa que la microbiota de la madre no pueda alterar el desarrollo del peque de casa. El Instituto de Sangre del Reino Unido analizó 500 placentas de recién nacidos y observaron precisamente esa esterilidad del útero.

Dicho esto, es importante saber que las bacterias de la madre se van a comunicar con el peque. El tipo de bacterias que tenga la madre en su microbioma va a conectar con el útero y la placenta del peque para mandar señales, que tendrán forma de neurotransmisores, estarán también señalizadas por distintos tipos de hormonas…

Esto nos demuestra que sí hay una conexión, una comunicación entre el microbioma de la mamá y la placenta del peque, que vendrá determinada por el microbioma que tenga la mamá. Sabemos que ese microbioma, aunque no esté presente en la placenta de la mamá, no implica que no sea relevante en el desarrollo uterino y neurológico de este bebé.

Sabemos que la exposición a neurotoxinas como alcohol, plomo, pesticidas… particularmente durante los períodos más sensibles de desarrollo fetal, van a producir posibles déficits a largo plazo tanto en la estructura como en la función.

Además, sabemos que la exposición metabólica del feto en el útero va a depender de la nutrición materna, de la exposición a genobióticos y que todo esto estará regulado por el ambiente microbiano de la mamá. Por lo que, realmente es importante esta preprogramación durante la etapa uterina.

>> ¿Es importante, entonces, prepararse de cara a quedarse embarazada y tener todo esto en cuenta? (Minuto 5:47)

Totalmente. Lo ideal sería preprogramar ese embarazo en la medida de lo posible para que la madre esté en las condiciones óptimas y adecuadas para esa etapa de concepción que son casi 10 meses, es fundamental.

>> ¿Cómo influye el tipo de parto, natural o por cesárea, en la conformación de la microbiota de los bebés? (Minuto 6:28)

Uno de los múltiples factores que podría determinar un parto natural o una cesárea es el microbioma de la madre. Podría ser incluso determinante a la hora del tipo de parto.

Cuando hay un parto vaginal, lo que sabemos es que los niños que nacen así tendrán un microbioma muy parecido al que encontramos en la vagina de la madre. Esta microbiota debería asemejarse mucho al de la vagina, que estará dominada sobre todo por Lactobacillus y Prevotela.

Sabemos que los peques que nacen por vía vaginal tienen un mayor porcentaje de Bifidobacterias y a día de hoy sabemos que las bifidobacterias son fundamentales para el desarrollo de estos peques, porque serán productoras de ácidos grasos de cadena corta, que tienen una enorme importancia en el sistema inmune, en el desarrollo metabólico…

>> Sabemos que la microbiota cambia a lo largo de la vida. ¿Cómo es la de un recién nacido? (Minuto 8:27)

Los estudios nos hablan de una microbiota pionera, como esa primera microbiota. Se cree que está conformada fundamentalmente por Firmicutes, Bacteroidetes y, especialmente, bifidobacterias. Estas últimas son verdaderamente importantes, porque cuando comemos tenemos que digerir los alimentos. Cuando los alimentos fermentan, generan una serie de ácidos grasos de cadena corta. Para poder digerir algunos alimentos, hacen falta las bifidobacterias.

Además, aportan función protectora intestinal, aumento de la barrera intestinal, reducen la endotoxemia (es decir, en caso de que estemos en contacto con tóxicos, van a reducir el efecto de los mismos) y aceleran el metabolismo. Por tanto, Bifidobacterias y Lactobacilos van a desempeñar un papel fundamental en la configuración de esa microbiota infantil.

Sabemos que los ácidos grasos de cadena corta también serán una de las principales fuentes de energía para los colonocitos, que los encontramos en el sistema intestinal, sobre todo en la última parte, y van a ser fundamentales para la protección inmune.

Fíjate si son importantes, que los ácidos grasos de cadena corta van a activar, entre otras cosas, las células T reguladoras, que son células inmunes que encontramos en el propio intestino. Esto será muy importante para regular la homeostasis infantil y la programación futura, porque sabemos que esa microbiota irá cambiando a lo largo de la vida.

Fíjate si son importantes, que los ácidos grasos de cadena corta van a activar, entre otras cosas, las células T reguladoras, que son células inmunes que encontramos en el propio intestino. Esto será muy importante para regular la homeostasis infantil y la programación futura, porque sabemos que esa microbiota irá cambiando a lo largo de la vida.

De esta manera, sí podemos afirmar que la presencia de bifidobacterias será fundamental para un adecuado desarrollo inmune, intestinal, metabólico… Hay que tener en cuenta que el desarrollo del peque va paralelo al desarrollo inmune y al intestinal, van de la mano, y cualquier alteración que pueda haber en uno de ellos tendrá repercusiones en todo el organismo y el sistema.

>> ¿Y cómo impacta en el desarrollo de la microbiota de los bebés la lactancia materna? ¿Hay diferencias entre un niño alimentado con leche materna y con leche de fórmula? (Minuto 11:37)

Sí, totalmente. Todos hemos escuchado que el mejor regalo que le podemos dar a nuestro peque es la leche materna, pero tenemos que poner por qués a las cosas. Sabemos que los oligosacáridos, que es un tipo de hidrato de carbono que está presente en la leche materna, va a ser responsable de promover el crecimiento de bacterias comensales beneficiosas para el peque, sobre todo, de nuevo, de bifidobacterias y lactobacilos.

Sabiendo esto, se han observado diferencias en las microbiotas de bebés alimentados con leche materna frente a una reducida carga de bifidobacterias y lactobacilos en los niños de lactancia artificial.

Tenemos que pensar en los oligosacáridos de la leche materna como homólogos a receptores intestinales infantiles. Estos oligosacáridos podrían inhibir la unión de patógenos al epitelio intestinal, por lo que están ofreciendo una vez más mayor protección contra posibles infecciones.

Ahora tenemos más herramientas para ayudar a los bebés a luchar contra todo lo que tienen que hacer frente cuando nacen. Porque, por ejemplo, si una madre no puede dar de mamar o decide no hacerlo por las razones que sea, tenemos opciones a través de probióticos y otras alternativas para que esas bifidobacterias estén presentes o en un porcentaje mayor.

Bifiselle Nutribiótica Parkinson y Alzheimer. Victoria Garnacho

>> Otro factor de impacto en la microbiota es el hábitat en el que nos criamos. ¿Hay diferencias entre un niño que vive en un entorno urbano, en una ciudad, y otro que vive en el campo, en un entorno más rural?(Minuto 14:10)

Totalmente, influye mucho y cada vez tenemos más estudios que nos lo confirman. Los factores ambientales van a determinar muchísimos factores del sistema inmune, metabólicos… También sabemos que el contacto de bebés con mascotas, con perros y gatos, se ha observado que es muy beneficioso en la prevención de algunas alergias y otras patologías inmunológicas.

En relación con el medio ambiente, el Dr. Filipo observó que los niños que viven en zonas rurales de determinadas zonas de África tienen una mayor riqueza y diversidad bacteriana intestinal, en comparación con los niños europeos. Y esta riqueza intestinal suponía mayor nivel de bacterias productoras de ácidos grasos de cadena corta, con lo que aumentaban todavía más la función protectora, antiinflamatoria, inmune, intestinal…

También sabemos que impactan en la microbiota de los niños la ingesta de antibióticos o de otro tipo de medicamentos y fármacos en primera infancia, que podrían desequilibrar el porcentaje de las bacterias buenas, además de favorecer un crecimiento excesivo de otras especies, como Cándida, por ejemplo.

>> ¿Qué consecuencias tiene para la salud de un bebé o de un niño la disbiosis, el desequilibrio de la microbiota? ¿Puede ayudar al desarrollo de patologías, como asma o determinados tipos de alergia? (Minuto 16:52)

Cada vez empezamos a escuchar un poco más el término disbiosis aplicado a la infancia. Lo que sabemos es que la colonización inicial del tracto gastrointestinal en el neonato va a estar influenciada por el modo de parto, el tipo de alimentación, hábitos de la madre, factores ambientales… Después del nacimiento, esa composición de la microbiota irá cambiando, dependiendo en qué fase se encuentre el niño.

La disbiosis es más común en los recién nacidos de lo que pensamos y podría estar incluso detrás de patologías como un cólico de lactante, con asma, con alergias… Todavía son inciertas las consecuencias de la disbiosis intestinal en Pediatría, pero hay una fuerte evidencia circunstancial, por lo tenemos que seguir investigando en esta línea.

Lo que sí sabemos es que un desequilibrio en las etapas tempranas podría marcar patología en primera infancia o incluso en parte adulta. Tenemos que pensar que el desarrollo inmune del peque viene en paralelo con el desarrollo intestinal y metabólico, con lo que, cualquier desequilibrio que encontremos en esta parte puede desencadenar alteraciones específicas en la edad madura.

Con respecto al asma y a la alergia, si nos ponemos a investigar, están relacionadas con una reducción de los linfocitos T reguladores de los que ya hemos hablado y que están producidos sobre todo por Bacteroidetes.

>> Es interesante que algunos problemas con la microbiota en la infancia puedan no tener un reflejo directo en la salud a corto plazo pero sí en la etapa adulta. Ahí entiendo que gana fuerza la necesidad de trabajar desde la prevención. (Minuto 19:15)

Siempre. Cuando trabajamos con peques, da igual la disfunción que presenten, ya sea visceral, patología respiratoria, problemas a nivel psicomotriz… Todo lo que hacemos con ellos a nivel terapéutico tiene que llevarse a cabo desde un punto de vista de prevención de cara a evitar disfunciones y patologías futuras.

>> Antes mencionaste una patología que tiene que ver también con la microbiota: el cólico de lactante. ¿Qué es y cómo se produce? (Minuto 19:52)

El cólico de lactante a día de hoy no está calificado como patología. Es una disfunción funcional en la que el bebé presenta un llanto inconsolable de, al menos, episodios de tres horas durante al menos tres veces a la semana, durante al menos tres semanas. Aunque le digamos a los padres y madres que no se preocupen, que no es patológico, cuando estás sufriendo esta frecuencia de llanto es difícil y no tranquiliza.

Sabemos que la etiología es multifactorial, no tenemos un origen claro del cólico de lactante. Los estudios nos dicen que puede haber una posible disbiosis en el intestino, de que se puede producir una inmadurez del sistema gastrointestinal y neurológica, problemas posturales… A día de hoy se sigue estudiando y que muchas veces viene acompañada de estreñimiento, gases añadidos…

>> ¿Cómo se trata el cólico de lactante? ¿Qué herramientas clínicas existen actualmente (Minuto 21:41)

Lo primero que haríamos sería pasar un cuestionario para valorar si presenta las características de cólico de lactante y haríamos un abordaje desde el punto de vista tanto postural, de terapia visceral, manual… Y tendríamos que tener en cuenta los hábitos en general.

Sí que es cierto que desde hace bastante años yo suelo meter pauta de hábitos posturales a la mamá y os diré que, con el uso de probióticos, combinado con la terapia manual, los niños mejoran muy significativamente y, generalmente, acortando tiempos terapéuticos.

Lo que vemos es que si hacemos esta combinación terapéutica, los niños y bebés suelen presentar bastante mejoría.

probioticos probióticos embarazo bifidobacterias lactancia

>> ¿Consideras que el uso de probióticos humanos específicos, de IV Generación, es una vía de tratamiento útil? (Minuto 22:53)

Sí, en este caso, con la evidencia que tenemos publicada y con lo que sabemos de microbiota infantil, son útiles. Y tienen que ser específicos, centrándolo en las bifidobacterias. En este caso, Bifiselle va muy bien o toda la línea en la que el probiótico sea rico en estas bacterias.

Tanto patologías de cólico de lactante, como algunos casos de estreñimiento, van muy bien para los niños. Los probióticos en estos casos mejoran mucho los tiempos de recuperación y la sintomatología de los mismos.

>> A nivel postural, ¿cuáles son los mayores errores a corregir en el cólico de lactante? (Minuto 23:43)

Cuando los peques tienen algún episodio de dolor abdominal lo que buscamos son posiciones antálgicas. Todas las que consistan en mejorar, portear, ayudar al peque a que esté más tranquilo en la zona abdominal les va a aliviar muchísimo también.

>> ¿Qué te dicen los papás y mamás cuando les hablas de microbiota? ¿Están abiertos a su cuidado? (Minuto 24:14)

En general, sí, están abiertos y entienden su importancia. Muchos de ellos ya han probado también algunos probióticos e incluso los pediatras les han recomendado su consumo, sobre todo las mamás durante el embarazo.

Trabajar con peques es una satisfacción muy grande porque su mejoría es más evidente, te das cuenta perfectamente de lo que funciona y lo que no funciona tanto.

>> ¿Qué consejos nos darías para cuidar la microbiota de la madre embarazada y la del bebé? (Minuto 26:22)

Para la embarazada, lo mejor es ejercicio, vida tranquila, buenos alimentos y, en la medida de lo posible, si se puede, usar probióticos ricos en este etapa del embarazo que vayan a favorecer ese contacto mamá-bebé intraútero.

Y en el caso de los peques, mucho porteo, mucho piel con piel, mucho contacto con la naturaleza y siempre que se pueda, leche materna. Y en caso de que no se pueda, suplementación con Bifiselle para aportarles esa ingesta de bifidobacterias.

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