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Infección por Helicobacter pylori: síntomas y tratamiento

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Helicobacter pylori afecta al 50% de la población, pero ¿Conocemos realmente qué es Helicobacter pylori?, ¿Qué síntomas causa?, ¿Qué tratamientos existen? o ¿Cómo se contagia?. En este artículo tendrás respuesta a estas preguntas y descubrirás datos sorprendentes sobre esta bacteria que habita en nuestro estómago.

¿Qué es Helicobacter pylori?

Helicobacter pylori es un tipo de bacteria gram-negativa. Estas bacterias presentan una pared celular más compleja que las bacterias gram-positivas, lo que les confiere una mayor resistencia a antibióticos o enzimas. Helicobacter pylori tiene forma de espiral y presenta flagelos que permiten su movilidad y su paso a través del epitelio del estómago.

Normalmente el ambiente ácido del estómago actúa como una barrera que limita el paso de bacterias desde la cavidad oral al resto del tracto intestinal. Sin embargo, Helicobacter pylori resiste en entornos con un pH muy bajo, logrando sobrevivir y colonizar la mucosa gástrica. Consigue esto gracias a la producción de ureasa, una enzima que sube el pH creando un microambiente dentro de ese hábitat extremadamente ácido que es el estómago. La ureasa provoca también en el hospedador un incremento de señales inflamatorias, llegando en algunos casos a causar un daño en la pared gástrica. Además de la ureasa, Helicobacter pylori produce otras enzimas y moléculas que causan daño en la mucosa gástrica, que le ayudan a adherirse al epitelio o le permiten evadir el ataque del sistema inmune.

La mitad de la población tiene Helicobacter pylori en sus estómago, pero tan solo un 10% de las personas infectadas desarrollan algún síntoma y lo hacen años después de ser colonizados. Por ello, este microorganismo debería ser considerado un patógeno oportunista más que un agente infeccioso, pues la presencia de Helicobacter pylori no causa patología por sí misma.

¿Cómo se contagia Helicobacter pylori?

Una preocupación habitual de muchas personas es «Tengo Helicobacter pylori, ¿Puedo contagiar a mi familia?». La principal forma de contagio de Helicobacter pylori es el contacto estrecho entre personas, mediante transferencia oral-oral o fecal-oral. Los estudios indican que esta bacteria se adquiere predominantemente en la infancia y lo más frecuente es que tenga lugar una transmisión vertical de madre a hijo. Otras vías de transmisión que se han estudiado son el agua de consumo y los alimentos contaminados.

Otra pregunta frecuente es si Helicobacter pylori se contagia por vía sexual. Si bien un estudio determinó que la presencia de Helicobacter pylori era más frecuente entre parejas sexuales de personas que tenían esta bacteria, no se considera un microorganismo de transmisión sexual. El propio contacto entre personas que conviven parece ser la causa de esta mayor prevalencia.

Síntomas de Helicobacter pylori

Como se comentaba anteriormente, aunque Helicobacter pylori está presente en la mitad de la población mundial, solo un pequeño porcentaje de personas desarrollan algún tipo de síntoma asociado a su presencia.

Síntomas gastrointestinales

La colonización por parte de Helicobacter pylori puede causar síntomas gastrointestinales. Esto ocurre porque se produce una inflamación en la mucosa gástrica. En algunas personas, la inflamación provoca gastritis crónica que puede derivar en una úlcera péptica, dispepsia o hiperplasia gástrica.

En niños suele detectarse esta bacteria cuando se estudian las causas de dolor abdominal persistente, pero en la mayor parte de los casos la infección por Helicobacter pylori es asintomática.

Síntomas en la piel

Helicobacter pylori no solo genera síntomas a nivel gastrointestinal. Se ha asociado su presencia con síntomas extra digestivos, como algunos trastornos de piel. Especialmente en aquellas patologías inflamatorias, como la rosácea.

Helicobacter pylori puede estimular al sistema inmunitario para producir una gran cantidad de mediadores inflamatorios, que llevan a la aparición y agravamiento de la inflamación en la rosácea. También se ha relacionado la infección por H. pylori con otros trastornos cutáneos como es la psoriasis, la alopecia areata o la dermatitis.

Cansancio

La infección por Helicobacter pylori también puede provocar cansancio, que está relacionado con la anemia ferropénica que pueden sufrir algunos pacientes. También se ha asociado Helicobacter pylori con deficiencia en vitamina B12 o con la trompocitopenia autoinmune primaria, afección donde se produce una disminución de las plaquetas en sangre. Observándose en muchos casos la recuperación del recuento de plaquetas cuando se logra reducir Helicobacter pylori.

Síntomas en la boca

La presencia de Helicobacter pylori en la boca se ha asociado con la enfermedad periodontal o el liquen plano. Además, se ha planteado que Helicobacter pylori en la cavidad oral puede actuar como un reservorio, causando reinfección o el fracaso de muchos tratamientos de erradicación de Helicobacter pylori gástrico.

Pruebas diagnósticas para Helicobacter pylori

Existen distintas pruebas para detectar Helicobacter pylori. Una de ellas es el test del aliento que emplea urea marcada con un isótopo de carbono (normalmente, 13C). Su funcionamiento se basa en la capacidad de la ureasa que produce esta bacteria para degradar la urea. Antes y 30 minutos después de ingerir la urea se mide el aire exhalado, si hay presencia de Helicobacter pylori se produce 13CO2. Este es uno de los métodos más empleado para el diagnóstico y seguimiento del tratamiento de erradicación de Helicobacter pylori. Aún así, es importante tener en cuenta que el uso de antibióticos o inhibidores de bomba de protones puede dar lugar a falsos negativos.

El test rápido de ureasa emplea una muestra de la mucosa gástrica y mide la actividad de la ureasa que produce Helicobacter pylori aplicando un líquido con urea. Si hay presencia de Helicobacter pylori se observa un cambio de color como resultado de la degradación de la urea.

También se puede realizar la detección de antígenos de H. pylori en heces. Este método identifica proteínas asociadas a esta bacteria en muestras fecales. Suele emplearse tanto en diagnóstico como durante el seguimiento del tratamiento. En este último caso, se realizaría unas semanas después de finalizar la terapia antibiótica.

Tratamiento de Helicobacter pylori

Existen diferentes combinaciones de antibióticos que se emplean para erradicar la infección por Helicobacter pylori. La triple terapia emplea un inhibidor de la bomba de protones, y los antibióticos claritromicina y amoxicilina; mientras que la terapia cuádruple incluye estos tres fármacos junto con el metronidazol, pudiendo acompañarse con o sin bismuto, metal que tiene propiedades antimicrobianas.

Sin embargo, estas terapias convencionales tienen un limitado éxito para eliminar esta bacteria. Una de las causas podría ser la formación de biofilms por parte de Helicobacter pylori que impiden la penetración de los antibióticos.

Los tratamientos antibióticos para eliminar Helicobacter pylori, como cualquier terapia antibiótica, causan un desequilibrio en la microbiota. Como consecuencia de esta disbiosis surgen efectos secundarios. Los más comunes son las náuseas, los vómitos y la diarrea. También se ha reportado estreñimiento, dolor y distensión abdominal, gases, pérdida de apetito, mareos e, incluso, erupciones en la piel.

Probióticos para Helicobacter pylori

Todo el mundo busca el mejor probiótico para Helicobacter pylori. La elección del tipo de probiótico dependerá de si lo vamos a emplear para evitar los efectos secundarios de la terapia antibiótica o para contrarrestar a Helicobacter pylori.

El uso de probióticos para acompañar a la terapia antibiótica parece más eficaz que el uso de estos fármacos en solitario. Por un lado, se reducen los efectos adversos de los tratamientos de erradicación de Helicobacter pylori, y por otro, se ha observado que acompañar los antibióticos con probióticos mejora la eliminación de este microorganismo. En este sentido se ha estudiado el uso de la levadura Saccharomyces boulardii que como coadyuvante a la terapia antibiótica reduce los efectos secundarios y mejora la eliminación de esta bacteria. Se cree que S. boulardii dificulta la colonización de H. pylori impidiendo directamente la unión a las células del hospedador y mediante la producción de sustancias antimicrobianas.

También hay cepas bacterianas que tienen un efecto antagonista frente a Helicobacter pylori. Por su alta tolerancia al pH ácido y su capacidad de colonizar la mucosa gástrica, L. acidophilus es uno de los probióticos más útiles frente a H. pylori. Esta bacteria probiótica inhibe directamente a Helicobacter pylori mediante la producción de bacteriocinas. Además,  L. acidophilus logra mejorar la inflamación. Estudios in vitro han demostrado la capacidad de diferentes cepas de L. reuteri, L. rhamnosus o L. casei de inhibir el crecimiento de Helicobacter pylori.

Dieta con Helicobacter pylori

Cuando se tiene una infección por Helicobacter pylori, especialmente, si hay síntomas como gastritis o reflujo se suele recomendar una dieta que excluye ciertos alimentos irritantes y evitar tóxicos como el alcohol.

Algunos compuestos de la dieta han demostrado en estudios in vitro inhibir a Helicobacter pylori. Es el caso de los ácidos grasos poliinsaturados como el Omega-3 que encontramos en pescados grasos. También se ha estudiado el efecto bacteriostático de algunos polifenoles que contienen ciertos frutos.

Otra sustancia con acción antimicrobiana frente a Helicobacter pylori es la proteína láctea Lactoferrina. Además de reducir la disponibilidad de iones de hierro que favorece el crecimiento de esta bacteria, la lactoferrina se ha estudiado por su efecto sinérgico cuando se suministra a la vez que los antibióticos.

¿Se puede volver a reproducir Helicobacter pylori?

Puede ocurrir que una persona que se ha sometido a un tratamiento de erradicación de Helicobacter pylori vuelva a dar positivo. Esto puede deberse a que no se erradica totalmente y vuelve a sobrecrecer o por una infección por una nueva cepa. 

Este problema de las reinfecciones por Helicobacter pylori se deben en parte, al incremento de las resistencias a antibióticos, y a la formación de biofilms por parte de esta bacteria.

También puede ocurrir que Helicobacter pylori cambie su morfología de espiral a una forma cocoide que se conoce como “durmiente”. En este estado, Helicobacter pylori reduce su metabolismo y la expresión de factores de virulencia como la ureasa, lo cual dificulta su detección con los test convencionales. Por lo que podemos pensar que se ha eliminado cuando todavía persiste.

Prevención

La prevención de infecciones por Helicobacter pylori no es sencilla, porque como ya se comentó la mitad de la población tiene este microorganismo en su estómago. Mantener una microbiota en equilibrio puede ser una ayuda para no permitir que Helicobacter pylori crezca en exceso.

Medidas como evitar el uso inadecuado de antibióticos, una buena higiene oral o una dieta equilibrada, si bien no pueden asegurarnos que evitaremos una infección, si son medidas que contribuyen a tener una microbiota en equilibrio o eubiosis.

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Infografía realizada por PURA QUITERIA (@puraquiteria)

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Bibliografía
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