Probióticos y prebióticos: qué son, qué beneficios tienen y cuáles son sus diferencias
Aunque el nombre, por su parecido, puede llevar a confundir estos dos términos, debemos tener clara su diferencia. No es lo mismo un probiótico que un prebiótico.
¿Qué vas a encontrar?
- 1 Diferencias entre probiótico y prebiótico
- 2 ¿Qué es un probiótico?
- 3 ¿Qué es un prebiótico?
- 4 Resfriado común: síntomas y tratamiento
- 5 Parkinson, qué es y cómo se relaciona con la microbiota
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Diferencias entre probiótico y prebiótico
Cuando hablamos de probiótico nos referimos a microorganismos que ejercen una acción beneficiosa, mientras que los prebióticos son “la comida” de estos microorganismos. Como pasa en un jardín, no solo hay que plantar flores, también es clave abonar el terreno para favorecer su crecimiento. Tanto con los probióticos como con los prebióticos podemos lograr cambios en nuestra microbiota y mejorar nuestra salud.
¿Qué es un probiótico?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los probióticos son microorganismos vivos que administrados en cantidades adecuadas confieren un beneficio a la salud. Es habitual emplear como probióticos, especies de bacterias lactobacilosy bifidobacterias, pero también se utilizan otros microorganismos, como por ejemplo la levadura Saccharomyces boulardii.
Para poder hablar, por tanto, de probiótico, se debe cumplir con una serie de requisitos.
- Los microorganismos tienen que estar vivos. Si las bacterias o levaduras contenidas en una formulación están inactivadas se denomina parabiótico o probiótico fantasma.
- Deben estar en cantidades suficientes. La cantidad de microorganismos vivos de un probiótico se denomina con el término Unidades Formadoras de Colonias (UFC). Normalmente, se recomienda una cantidad diaria en torno a 109 UFC (¡mil millones!).
- Tener un efecto demostrado sobre la salud. Para ello es importante conocer qué microorganismo tenemos delante. De ahí la importancia de identificar la cepa. No todas las cepas de una misma especie llevan a cabo las mismas acciones. Por eso, seleccionar la cepa adecuada será clave para lograr el efecto deseado.
Probióticos humanos de IV generación
Otro aspecto importante es saber de dónde se han obtenido las cepas probióticas. Un microorganismo probiótico puede derivar de animales, de plantas, de suelo y también hay cepas humanas. Las cepas de derivación humana, por una cuestión de coevolución, se adaptan a nuestro ambiente gastrointestinal. Por eso, suele resultar de utilidad emplear cepas humanas.
El gran reto cuando formulamos probióticos es que las cepas lleguen vivas y con capacidad de ejercer sus acciones beneficiosas allí donde tienen que actuar: estómago, intestino, tracto genitourinario. En este sentido la generación tecnológica es crucial.
Los probióticos de IV generación logran solventar los problemas de las anteriores generaciones tecnológicas. Y se revela como una de las tecnologías, hasta el momento, más novedosa para formular probióticos.
Efectos beneficiosos de los probióticos
Entre los efectos beneficiosos de los probióticos destaca la exclusión de patógenos, facilitar la digestión de ciertos compuestos de la dieta, mejorar la función de barrera intestinal o la producción de sustancias interesantes: vitaminas, neurotransmisores, ácidos grasos de cadena corta, etc.
Alimentos probióticos
Aunque de forma coloquial los alimentos fermentados, es decir, elaborados con cultivos vivos, puede llamarse probióticos los expertos recomiendan no emplear este término. Puesto que, aunque puedan contener microorganismos vivos, se trata de mezclas heterogéneas de microorganismos, en muchos casos, sin identificar la cepa, la cantidad, ni su efecto concreto sobre la salud.
Dentro de los alimentos fermentados encontramos: el yogur, el kéfir, el chucrut, el kimchi, etc. Aunque no se recomienda denominar a los fermentados como alimentos probióticos no significa que no sean alimentos saludables. Durante el proceso de fermentación para elaborar estos productos se producen sustancias como vitaminas, ácidos orgánicos y otros compuestos que son beneficiosos para nuestra salud.
¿Qué es un prebiótico?
El concepto de prebióticos es más reciente que el de probióticos y los responsables de su nomenclatura y popularización fueron los investigadores Gibson y Roberfroid en 1995. Los prebióticos son como el alimento de las bacterias.
Si con los probióticos conseguimos recolonizar nuestra microbiota con bacterias beneficiosas, con los prebióticos damos de comer a esas bacterias para que puedan ejercer su labor. Fundamentalmente se definen como compuestos no digeribles por el ser humano, que están presentes en la dieta y que estimulan el crecimiento o la actividad de algunos miembros de nuestra microbiota.
Entre ellos, destacan las fibra soluble y fermentable, que se conoce como MACs (Carbohidratos Accesibles a la Microbiota). Algunos ejemplos de MACs son los fructooligosacáridos, la inulina, los galactooligosacáridos, pectinas, mucílagos o el almidón resistente.
Efectos beneficiosos de los prebióticos
Nuestra microbiota emplea los prebióticos y gracias a ellos producen sustancias beneficiosas para nuestra salud.
Por ejemplo, los prebióticos favorecen la producción de ácidos grasos de cadena corta y estimulan la actividad de las “bacterias buenas”de nuestra microbiota.
Alimentos prebióticos
La dieta es fundamental para modular la microbiota. En el caso de los prebióticos, están naturalmente presentes en muchos alimentos, como por ejemplo las frutas, el ajo, la cebolla, la alcachofa, los garbanzos, la habas y otras muchas legumbres. Su inclusión en nuestro día a día puede ayudar a que un tratamiento con probióticos sea más eficaz.
Nutribiótica está compuesta por un amplio equipo médico y científico que trabaja para divulgar de manera sencilla, atractiva y adaptada a todos los públicos contenido relacionado con la microbiota, la salud y el bienestar.
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