Estreñimiento en adultos: más que un síntoma molesto
¿Qué vas a encontrar?
- 1 ¿Qué es el estreñimiento?
- 2 Causas del estreñimiento
- 3 ¿Cómo se trata el estreñimiento en adultos?
- 4 Obesidad, como tratarla desde la microbiota
- 5 Permeabilidad intestinal: qué es y cuáles son las consecuencias de su alteración
- 6 Colitis ulcerosa y enfermedad de Crohn
- 7 ¿Qué es el vaginoma? El microbioma de la vagina
- 8 Resistencia a la insulina, consecuencia síntomas y tratamiento
- 9 Probióticos y niños: ¿cuando usarlos?
¿Qué es el estreñimiento?
Es un término en ocasiones inespecífico y se refiere a una anormalidad en la función intestinal que refiere el paciente. Según las cifras oficiales, cerca de un 15-20% de la población total padece estreñimiento. Es especialmente frecuente en países industrializados.
El estreñimiento engloba diferentes síntomas asociados con la dificultad de defecación, como los movimientos intestinales poco frecuentes, las heces duras, la dificultad para defecar, la sensación de evacuación incompleta u obstrucción anorrectal, e incluso, en algunos casos la necesidad de maniobras manuales para facilitar la defecación.
Causas del estreñimiento
En cuanto a las causas del estreñimiento, se barajan diversas variables, las que parecen tener más peso son una dieta inadecuada, el sedentarismo, la depresión y/o ansiedad, el uso de fármacos o la ingesta insuficiente de líquidos.
El estreñimiento puede aparecer como un síntoma primario o secundario a otra causa, pudiendo asociarse con algún trastorno anatómico, a tratamientos farmacológicos o a diferentes patologías como: trastornos metabólicos, endocrinos o neuropsiquiátricos, entre otros.
Cuando no hay una causa orgánica para padecer esta sintomatología hablamos de estreñimiento funcional, que se ha relacionado con la microbiota. Según su duración podemos estar ante un caso de estreñimiento puntual o crónico cuando los síntomas persisten, al menos, durante tres meses.
¿Cómo se trata el estreñimiento en adultos?
Debido a lo complejo de este trastorno y a que las causas pueden variar, o desconocerse, los tratamientos convencionales suelen tener una tasa de fracaso elevada. Por lo que si alguna vez te has preguntado qué es bueno para el estreñimiento, te habrás encontrado, por ejemplo, con posibles remedios caseros y con listas de alimentos que pueden ayudar a mejorar el tránsito intestinal, pero… ¿Qué dice la evidencia científica más reciente al respecto?
- Ingesta de fibra: aumentar la ingesta de fibra y beber abundante líquido parece mejorar la consistencia de las heces, un factor clave en el estreñimiento. Eso sí, tanto una ingesta muy baja de fibra como muy alta pueden también ser la propia causa de estreñimiento. Por eso, no todos los pacientes consiguen mejorar con esta estrategia, ya que no toda la fibra tiene las mismas propiedades. Por ejemplo, la fibra insoluble (contenida en alimentos como el pan o las harinas integrales), puede empeorar los síntomas. Sin embargo, el kiwi, el psyllium y las ciruelas parecen ser alimentos que ayudan a solucionar el estreñimiento a corto plazo. Puedes elegir también suplementos que contengan fibra soluble y prebiótica.
- Laxantes, procinéticos y otros fármacos: pueden ser una solución a corto plazo, pero tienen efectos secundarios, y a largo plazo pueden dar reacciones adversas que empeoren el problema. Además, no tratan la causa raíz que provoca el estreñimiento.
- Probióticos: los probióticos no tienen efectos secundarios ni contraindicaciones. Varias cepas y especies han demostrado mejorar la motilidad, disminuir los gases y mejorar la consistencia y frecuencia de las deposiciones.
Papel de la microbiota en el estreñimiento
El papel de la microbiota, por lo menos en el estreñimiento funcional, está ampliamente estudiado. En los pacientes con este problema se describe una disbiosis o alteración de la microbiota y también se observa la afectación de la producción de ciertos metabolitos asociados a ella.
Es el caso de los ácidos grasos de cadena corta (AGCC) como el propionato, el acetato y el butirato, que pueden mejorar el peristaltismo y la contracción del músculo liso intestinal al reducir el pH intestinal. También logran mejorar el estreñimiento interaccionando con el sistema nervioso entérico que está formado por millones de neuronas situadas en el intestino.
Los ácidos biliares también resultan importantes en casos de estreñimiento. Todos conocemos la función que ejercen la bilis en la digestión de la grasas, pero además los ácidos biliares tienen una acción antimicrobiana y estimulan el tránsito intestinal. Por ejemplo, se sabe que controlan el crecimiento de ciertos microorganismos patógenos como Clostridioides difficile. Además, una microbiota equilibrada será fundamental para transformar los ácidos biliares primarios que no son reabsorbidos a nivel intestinal, en ácidos biliares secundarios. Hasta tal punto parecen relevantes, que en personas con síndrome de intestino irritable que cursa con estreñimiento se describe una alteración en este metabolismo de los ácidos biliares.
Otro metabolito microbiano que tiene un papel en el estreñimiento es el metano. Estudios en animales y humanos han demostrado la capacidad de este gas de reducir la contracción muscular en el intestino y retrasar el tiempo de tránsito intestinal. En personas con estreñimiento es más frecuente el exceso de metano en el intestino, que se asocia con el sobrecrecimiento de las arqueas metanógenas, lo que se conoce como IMO.
En personas con estreñimiento se describe un tipo de disbiosis o alteración de la microbiota que se caracteriza por una menor proporción de lactobacilos y bifidobacterias, mientras que son más abundantes microorganismos como bacterias entéricas, algunos hongos o, las citadas, arqueas metanógenas.
Probióticos para el estreñimiento
Las bifidobacterias fermentan los carbohidratos complejos de la dieta y producen, entre otras moléculas, acetato, un ácido graso de cadena corta. El incremento de las bacterias productoras de acetato y por lo tanto de este AGCC ha demostrado mejorar el tiempo de tránsito intestinal y se asocia con un mayor contenido de agua en las heces. Mediante estos mecanismos las bifidobacterias ayudan a contrarrestar el estreñimiento.
Son muchos los estudios que han planteado el uso de distintas especies de bifidobacterias para mejorar este trastorno. Una de estas especies de Bifidobacterium lactis. Varias cepas de B. lactis han logrado mejorar el tiempo de tránsito, la consistencia de las heces, así como, aumentar la frecuencia de las defecaciones. En algunos casos se observa un efecto dependiente de la dosis, es decir, a más cantidad de microorganismos vivos (que llamamos UFC: unidades formadoras de colonias) mejores resultados.
Por otro lado, diversas cepas de Bifidobacterium bifidum se ha estudiado en pacientes con estreñimiento crónico. Concretamente, se observa que en las personas que fueron suplementadas con una cepa de esta especie se incrementa la diversidad de la microbiota y la producción de acetato y butirato de forma significativas. Además, se mejoraba la consistencia de las heces y aumentaban el número de deposiciones semanales.
Una cepa de Bifidobacterium breve fue estudiada en niños con estreñimiento funcional observándose el incremento en la frecuencia de las defecaciones, la mejoría en la consistencia de las heces, así como, una reducción del dolor abdominal. En otro trabajo, de nuevo B. breve, en combinación con un prebiótico, demostró lograr mejoras en la frecuencia y consistencia de las deposiciones.
Otra especie de bifidobacteria estudiada en este trastorno en Bifidobacterium longum. Concretamente, la cepa B. longum BB536 se estudió en ancianos que estaban hospitalizados, observándose un efecto modulador del tránsito intestinal. En aquellos que sufrían estreñimiento, aliviaba este síntoma.
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