¿Qué es la histamina? Alimentos con y sin ella
La histamina es una molécula crucial en nuestro organismo pero que en ocasiones puede asociarse a ciertos problemas. En este artículo conocerás mejor qué es la histamina, en qué alimentos se encuentra, qué síntomas causa su exceso y cómo tratarlos.
¿Qué vas a encontrar?
¿Qué es la histamina?
La histamina es una molécula, del grupo de las aminas biógenas, que encontramos en “todas partes”. Es producida por ciertas bacterias pero también la fabrican nuestras células. En nuestro organismos la histamina sirve para mediar la comunicación entre las células.
La histamina interviene en la respuesta inflamatoria, la vasodilatación, en la producción de ácido en el estómago, en la congestión y otras funciones del sistema respiratorio. Esta molécula también es un neurotransmisor, mediando en procesos como la termorregulación, el apetito o diversas funciones cognitivas, entre otros. La microbiota también puede ser una fuente de histamina en nuestro organismo.
Causas del déficit o exceso de histamina
Pueden surgir problemas con la histamina por una incorrecta eliminación de esta molécula, por un exceso de su ingesta o por una excesiva liberación por parte de nuestras células como ocurre en las alergias. La disbiosis intestinal también puede contribuir a este exceso de histamina.
El exceso de histamina puede ser debido a una deficiencia en la enzima DAO (diamina oxidasa), que es responsable de descomponer la histamina exógena en el cuerpo. La causa de esta deficiencia puede ser genética, es decir, que tengamos un polimorfismo que condicione a expresar menos la enzima DAO. Pero esta no es la única causa.
Puede haber una menor actividad de la DAO por daño en el epitelio del intestino delgado. De hecho, en las enfermedades inflamatorias intestinales, la reducción de la actividad de la DAO se relaciona con el grado de afectación de la mucosa. La actividad de DAO también se ve condicionada por el consumo de alcohol o cierta medicación, como mucolíticos o antiinflamatorios no esteroideos. Además, hay circunstancias fisiológicas que pueden condicionar la cantidad de DAO que tenemos, por ejemplo, durante el embarazo se incrementa la concentración de esta enzima notablemente.
Síntomas de la intolerancia a la histamina
Los síntomas de la intolerancia a la histamina o histaminosis enteral pueden afectar al tracto gastrointestinal, pero también a la piel, al sistema respiratorio, puede producir dolores de cabeza, palpitaciones, mareos o dismenorrea.
Uno de los síntomas gastrointestinales más frecuentes en personas con intolerancia a la histamina es la hinchazón abdominal. También es habitual la diarrea o el estreñimiento, la sensación de saciedad precoz y el dolor abdominal. Muchos de estos síntomas se solapan con los que presentan ciertos trastornos funcionales como el síndrome de intestino irritable, la dispepsia o el SIBO.
Alimentación e histamina
Puede haber un exceso de histamina en el cuerpo porque se ingieren cantidades excesivas de esta molécula. Esto puede ocurrir cuando se consume pescado o productos derivados como conservas, que no han sido correctamente manipulados. Por ejemplo, si se rompe la cadena de frío y crecen algunas bacterias que producen histamina empleando el aminoácido histidina que contienen ciertas especies de pescados (atún, la caballa, el bonito, la sardina o el boquerón).
Al consumir alimentos con cantidades excesivas de histamina se produce una intoxicación por histamina que también recibe el nombre de escombroidosis. Los síntomas son parecidos a una reacción alérgica: picor, urticaria, hinchazón en cara y cuello, dolor de cabeza o síntomas gastrointestinales como vómitos, dolor abdominal, diarrea, etc.
En personas con intolerancia a la histamina puede haber sintomatología, incluso, ingiriendo alimentos con bajas cantidades de esta amina biógena.
Alimentos con histamina
Algunos alimentos ricos en histamina y otras aminas biógenas, que pueden causar malestar en personas con intolerancia a la histamina son:
- Queso curado y semicurado.
- Embutidos.
- Conservas y semiconservas de pescado.
- Pescados azules
- Huevos
- Chucrut y otros alimentos fermentados, como los que se elaboran a partir de la soja: miso, natto o tempeh.
- Cerveza y vino
- Algunas hortalizas como la berenjena, las espinacas o el tomate.
- Ciertas frutas: cítricos, frambuesas, piña, plátano, kiwi, etc.
- Chocolate
Si se tiene problemas con la histamina se debe seguir una dieta baja en histamina evitando alimentos que tengan un alto contenido en esta molécula, para mejorar la sintomatología.
Alimentos sin histamina
Los alimentos sin histamina o alimentos bajos en histamina son:
- Carne y pescados que se han conservado en condiciones higiénicas.
- Hortalizas: brócoli, col, zanahoria, pepino, apio, calabacín, lechuga, cebolla, etc.
- Frutas: manzana, melocotón, albaricoque, melón, mango, caqui, lichi, cerezas, moras, arándanos, grosellas, etc.
- Patatas, maíz, arroz y otros granos.
En la dieta baja en histamina se pueden introducir estos y otros alimentos. Para poder llevar a cabo este tipo de dietas, y cubrir con todos los requerimientos nutricionales, lo ideal es contar con la ayuda de un especialista en nutrición y dietética.
Tratamientos para regular la histamina
Muchas personas buscan tratamientos para regular su histamina, pero lo principal es determinar la causa de ese exceso de histamina.
Una de las principales estrategias que se sigue cuando hay histamina alta es llevar a cabo una dieta baja en histamina. En algunos casos también se puede recomendar la suplementación con la enzima DAO, que como ya se comentó se encarga de la degradación de histamina en el intestino. Y, por supuesto, será importante mejorar la microbiota y la mucosa del intestino delgado, que es dónde se produce la DAO.
Uso de antihistamínicos
Los antihistamínicos son fármacos que actúan inhibiendo los efectos de la histamina a distintos niveles. Los antihistamínicos de primera generación pueden causar efectos secundarios como la somnolencia.
Aunque la mayoría de los antihistamínicos no influyen en la actividad de la DAO, algunos pueden inhibir la actividad de esta enzima. Por otro lado, en pacientes que siguen una dieta estrictamente libre de histamina, no se observa beneficio adicional con la ingesta de antihistamínicos.
Uso de probióticos
El uso de probióticos puede ser de utilidad, junto a otras estrategias, para mejorar la intolerancia a la histamina. La disbiosis intestinal parece ser frecuente en personas que sufren este problema. Más concretamente se observa una mayor presencia de microorganismos productores de histamina en su microbiota, como: Staphylococcus, Proteus, Clostridium perfringens y Enterococcus faecalis. Para contrarrestar el exceso de estos microorganismos puede ser interesante llevar a cabo una estrategia de Microbioterapia.
Además, algunos microorganismos probióticos han demostrado ser capaces de degradar la histamina, es el caso de ciertas cepas de Lactobacillus paracasei. También puede ser importante mejorar la función de barrera intestinal y la fisiología normal del intestino. En este sentido, diversas cepas y formulaciones probióticas han demostrado favorecer la expresión de proteínas que forman parte de las uniones estrechas y evitar la hiperpermeabilidad intestinal. Es el caso del Serobioma, formulación probiótica que ha demostrado mejorar la función de barrera intestinal.
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Conclusión
La histamina es una molécula esencial en nuestro cuerpo, pero su exceso puede causar problemas. La intolerancia a la histamina puede ser desencadenada por diversos factores, como la dieta, la genética y la microbiota. Los síntomas abarcan desde trastornos gastrointestinales hasta reacciones alérgicas. El manejo incluye una dieta baja en histamina, suplementación con la enzima DAO y la mejora de la microbiota empleando probióticos específicos. La comprensión de la histamina y su impacto en nuestro organismo es esencial para abordar estos problemas de manera efectiva.
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Bióloga y Doctora en Biología por la Universidad de Vigo. Máster en Innovación en Seguridad y Tecnología Alimentarias, Universidad
de Santiago de Compostela (2016-2017).
Durante los 6 años que se dedicó a la investigación, se centró en la búsqueda de marcadores para detección de cáncer colorrectal. Es experta en microbiota.
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